¿Por qué realizar este examen?

Las reacciones anómalas a los alimentos pueden clasificarse como tóxicas o no tóxicas. A su vez, las reacciones tóxicas se dividen en alérgicas e no alérgicas. Las reacciones alérgicas inmunológicas son procesos inmunológicos complejos que pueden ser mediados tanto por la inmunoglobulina E (IgE) como por los anticuerpos específicos de la inmunoglobulina G (IgG), contra los antígenos (proteínas) en los alimentos. Las reacciones mediadas por IgE son responsables de las verdaderas alergias alimentarias, mientras que las reacciones mediadas por IgG se caracterizan como hipersensibilidades alimentarias. Estas últimas pueden resultar de déficits enzimáticos (por ejemplo, lactosa) o la presencia de productos químicos o aditivos en los alimentos. 

¿Qué es el examen?

El examen A200 implica la determinación de anticuerpos IgG contra más de 200 proteínas alimenticias, basada en una dieta mediterránea. Es una prueba directa para la cuantificación de IgGs específicas en muestras de suero y, por lo tanto, más objetiva que otras pruebas que verifican cambios en la forma de los leucocitos o realizan análisis de bioresonancia. 

¿Para quién está indicado?

• Pacientes con sospecha de sensibilidad alimentaria a partir de los 4 años; 
• Pacientes que presentan cualquiera de los siguientes síntomas clínicos sin diagnóstico etiológico y/o sin mejora con tratamientos médicos habituales; 
• Trastornos gastrointestinales: dolor abdominal, estreñimiento, diarrea, hinchazón abdominal, náuseas, acidez, úlceras y aftas, gastritis, colitis; 
• Condiciones dermatológicas: acné, eczema, psoriasis, picazón y urticaria; 
• Enfermedades neurológicas: dolores de cabeza, migrañas, mareos, vértigo; 
• Cambios respiratorios: tos, bronquitis, asma, rinitis y condiciones psicológicas como ansiedad, depresión, fatiga, hiperactividad; 
• Trastornos musculoesqueléticos: dolor, rigidez, artritis, fibromialgia; 
• Otros: retención de líquidos.

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